lunes, 31 de diciembre de 2012
lunes, 24 de diciembre de 2012
Pre-navidad
He salido a comprar cuatro cosas navideñas, antes de enfrentarme a la familia y la tradición. Andaba encogido por la calle, canturreando ese estribillo imposible de Chico y Chica, el de Diabla, cuando de repente me he dado cuenta de que no hacía frío, así que me he estirado. Ha sido en ese preciso momento cuando el mendigo oficial del barrio, me ha llamado desde la puerta del súper. Por estas fechas va vestido de Papa Noel y la verdad es que cada año le queda mejor el traje. Cuando me he acercado me ha dicho: - ¿qué hora tiene jefe? y yo le he respondido: - las siete menos diez, figura. Me ha dado las gracias y ha seguido pidiendo unas monedillas a las señoras peluqueadas que salían con bolsas repletas de ingredientes para sus opíparos menús. He tenido una gran idea. Ha sonado el pitido del Whatsapp, era mi prima con un mensaje cifrado: Tira garrosa!. Lo he repetido dos veces en voz alta y a la tercera he entrado en la librería Iris. Allí el dependiente de ojos azules siempre sonríe. Le he preguntado por un libro y nos hemos puesto ha buscarlo. Lo hemos encontrado. Después yo lo he pagado y he salido sonriente a la calle. He intentado acordarme de la idea brillante con la que hace poco mi cerebro se había convertido en el castillo de fuegos artificiales del día del patrón (antes de la crisis). Pero no ha habido manera. Solo me llegaba el principio de Torre románica, así que lo he dejado por imposible. ¡Mierda! se me ha olvidado ojear el libro Dejad de Lloriquear, pero ya no me ha apetecido dar la vuelta. Por un instante, solo por un instante, he pensado que ya va siendo hora de abrir un perfil en Facebook. Todo esto mientras casi me trago a un niño de los que aún juegan despistados en las aceras. Rabia y valor. Mis conexiones neuronales están puenteadas. Rozo el cortocircuito varias veces al día. Creo que hay demasiadas cosas en mi cabeza. Vuelvo a casa y me pongo a buscar la foto borrosa de un Cristo azul, uno que encontró Paily en una de sus excursiones bolivianas. Bueno ya esta ¿y ahora qué?.
miércoles, 19 de diciembre de 2012
La gran fiesta final
Hubo una fiesta. La invitación era irresistible. La gente aún anda pensando como enmarcarla. Un ascensor. Un saxofón y un megáfono. El resto era difuso, puertas, vasos, el paraguas que hacía de árbol y la ya mítica tela verde que se suicidaba por el hueco de la escalera. Después estuvo la cena. Special_k pretó plays con gran éxito de crítica y público. Sonaron algunos temazos de los que ya apenas recuerdo nada. El público variopinto. Todo en plan disfrute y cumpleaños feliz. El chaval de la peca (y no, no era Harry). Los niños que leían y por supuesto la subasta rusa. Pujas de 5 en 5. Nos dejamos las gargantas en post de la destrucción. Del arte. Después vino el micro y las cosas que crees que siempre están de más. Al aflojar las bombillas alguna se hizo pedazos. El micro también. Dj Ik·er puso banda sonora a nuestros desvaríos. Rescaté a Merchef de las garras del licor de hierbas y tuvimos que despedirnos en plan pareja bien avenida. Fue un placer. Besos de despedida. Gracias a los organizadores. Más majicos. Ale, hasta más ver.
lunes, 17 de diciembre de 2012
Lo más importante de McEnroe. En acústico (el21_HU).
Rqlcas: Llegamos y esta allí, grande: Ricardo Lezón. Suena McEnroe. Primera canción, segunda canción. Silencio abrumador. La cara Noroeste. Inevitable corear a pesar de una sala embelesada. Ya no temo a las mareas que vienen y van. Sencillez y elegancia de temas melancólicos y sensibles que nos ponen los pelos como escarpias. Vendrá el fin del mundo o hay justicia cósmica. Romanticismo extremo y realista de esas letras y esa voz que emocionan hasta el infinito. Las canciones de mi vida, o de la tuya. Quiero que el final nunca acabe, pero sí. Se va. Me voy, afortunada por la suerte de una experiencia. Y al salir está allí. Nos saluda, me regala unas fotos y un par de besos de esponja. Isabella donde estás. Nos has encantado en acústico. ¡Vuelveee!.
Hoy voy a cantar las canciones de tu vida
para intentar que no te sientas perdida.
Ojal_a: Salí del bar cantando, no recuerdo qué, pero algo suyo y entonces él me abrazó. No sé me ocurre un final mejor para esa noche. Y casi, casi para este año. Bueno o para el fin del mundo. A mi que no me gusta mucho la música en directo, que no suelo fijarme en los grupos que cantan bien, ni salgo un jueves de invierno con lluvia… tengo que decir que disfrute como hacía mucho tiempo. Si antes era fan, ahora yazco rendido. Algo que ver también tendría la compañía. La noche empezó desangelada pero poco a poco, al mismo tiempo que su voz, todo se fue templando. Yo este 2012 tenía pocas alegrías en los bolsillos. Y claro a estas alturas de año, se me habían terminado. A partir de ahora ya sé lo que pondré en mi carta a los reyes magos. Por si existen.
Si pudiera explicarte todos mis silencios
solo son laberintos en los que me pierdo.
martes, 11 de diciembre de 2012
domingo, 2 de diciembre de 2012
El Gatopardo. Giuseppe Tomasi di Lampedusa
Pensaba que no me iba a gustar mucho. A mi siempre me da por pensar tonterías. Por eso supongo que lo he tenido mucho tiempo por ahí dando vueltas, parecía que nunca llegaba su momento de agarrarlo, pero todo llega. Y la verdad es que lo he disfrutado como nunca pensé que lo haría, con una sonrisa en la cara.
Y otra peli que no he visto. Aún así puedo decir que he sido testigo de los estertores del siglo XIX en el sur de Italia. El ocaso de una familia y con ellos el de un sistema agotado que deja paso al mundo moderno. De la mano de don Fabrizio Corbera, príncipe de Salina, le he dado la bienvenida a la nada. Ante su lucida mirada todo se derrumba. Palermo, Bendicò, Tancredi, Angélica, Don Calogero, Concetta, Donnafugata. Nombres que me van a acompañar una temporada, se acerca el momento de visitar las tierras de la novela. Y aunque no viene a colación ¡prepárate Constanza!.
Chevalley pensaba:“Este estado de cosas no durará. Nuestra administración nueva, ágil y moderna lo cambiara todo“.El príncipe estaba deprimido:“Todo esto no tendría que durar, pero durará siempre. El siempre de los hombres, naturalmente. El siempre de los hombres, naturalmente, un siglo, dos siglos… Y luego será distinto, pero peor. Nosotros fuimos los Gatopardos, los Leones. Quienes nos sustituyan serán chacalitos y hienas, y todos, gatopardos, chacales y ovejas, continuaremos creyéndonos la sal de la tierra“.
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