Cojo las llaves por inercia, aunque ya no sea del todo mi casa. Pincho un viejo mp3 que andaba perdido en el coche. Arrancó melancólico. Va a tener razón ojal_a con lo del tecnotriste. De camino a casa siempre surgen historias. Pero no suenan tristes, sino evocadoras, cercanas, propias. Recuerdo momentos personales y compartidos en cada paso que avanza el cuentakilómetros. Y me sonrío por dentro al traspasar hitos. Estamos preparados. Las sabias palabras de un niño de nueve años nos ayudan a comprender muchas cosas. Sabemos de dónde vienen. Para qué quieres llorar, pudiendo recordar.
Vanalicemos esto. Al fin y al cabo, quien nos iba a decir que acabaríamos cual chicas "Almodovar", adecentando el terrenico como la Raimunda en "Volver". Ya estamos en casa. Y tú, ¿a quién tienes? Tengo el kit especial para la ocasión. A mí que me quemen y me tiren en la Florida. O mejor, en la Monegros, para mezclarme bien con la arena del desierto sonoro. Porque aunque seamos modernos, seguimos siendo de All the Saints, y no de Halloween. Improvisamos un ramo con la tricolor para una joven republicana, otro hito en nuestros recuerdos. Sí, así era… nos dice otra de las míticas del pueblo, con esa mirada limpia y familiar. Viva la república independiente de nuestras vidas. Pechugas empanadas y judietas, ya tú sabes. Te invito a un helado, un flash de cocacola. Jomio, haz el favor de marchar, no se te vaya a hacer de noche. Abrígate. Y llámame cuando llegues. Regreso a casa con el atardecer, pensando que somos como ellas. Y así seguiremos siendo, porque es lo que queda, lo que nos queda. Y porque me gusta ser así. Guardamos cada uno de los recuerdos y después los hacemos suyos, nuestros. Así nos enseñaron a seguir compartiéndolos. Cuídate y peinate, amor.
Sí, estamos preparados. We're survivors.