Poco sabía yo de Pavese más allá del suicidio y de eso tan socorrido de “vendrá la muerte y tendrá tus ojos”. Poco más se de Pavese después de leer este libro. Y eso que compré la versión de Cátedra que viene ampliamente documentada. Tengo que reconocer mi desconocimiento sobre los años en los que transcurre el relato y mis carencias en el campo de la psicología femenina. ¿Existe? Por qué no iba a existir. Últimamente pienso a menudo en Italia. En los Futuristas y en hacer un viaje para recorrer Sicilia. Pero en general sé poco. Leo el artículo de Pavese que salió publicado este sábado en Babelia y que Elena me ha enviado desde la Francia. Algo sabían los de Family cuando pusieron el mismo título de este libro a una de sus ya legendarias canciones. Lo que hace el sacar un solo disco. El libro es evocador. La canción también. Gina, Guido, Amelia, Rodrigues… en una ciudad de provincias allá por finales de los años 30. Pintura, cafés, bailes y esa sospecha que todos hemos sentido en algún momento de nuestra juventud, la de que las cosas, ya nunca volverán a ser como antes.
En algunos momentos, al ir por la calle, se detenía de pronto porque sentía finalmente el olor de las noches de verano, los colore, los ruidos y la sombra de los plátanos. Pensaba en todo ello en medio del barro y la nieve y se detenía en las esquinas con el deseo aferrándole la garganta. “Tiene que llegar, todos los años se repiten las estaciones”. A pesar de todo le parecía inverosímil ahora que se encontraba sola. “No soy más que una vieja -se decía- todo lo hermoso y bello se ha terminado”.
Poco sé de Pavese, pero tengo que reconocer que me gusta. ¿Y ahora qué? ahora... a leer El Gatopardo. Aunque no sea suyo.