Estoy densa, venía ayer comentándole a Ojalá. Y algo desubicada. Seguramente el haberme descalabrado el brazo a la vuelta no me ayuda. Pero eso es motivo de otro post… Me cuesta hacer memoria para relatar todo un mes de aventuras y desventuras, para terminar de nuevo donde empecé. Un círculo con principio y fin.
Un mes atrás estaba cogiendo el AVE, clase preferente. Metro directo a la T4, equipaje de mano y vueling. La guagua, el ferry… todos los medios de transporte posibles para salir de la península, directa al asadero gomero! Grata bienvenida, y más grata aún, si cabe, la estancia. Papas arrugás y mojo picón. Una Dorada, y los Salvapantallas. Borracho hasta el amanecer, cantaban, cantábamos. El bar de Manolo, nunca había visto tantas reliquias colgadas del techo. Qué decir de los jamones… El descubrimiento de la terraza de los apartamentos Quintero, con vistas al mar, y del ron JM (de jueves a martes). Muchas risas, maja gente. Me traje la lluvia de la península, pero no me importa. Vaya paliza que os di jugando a los bolos, ja! Me eslomo subiendo a La Lomada, una y otra vez. Ahora entiendo por qué las canarias tienen el culo tan preto. El chiringuito de la playa de Santiago, y el camarero italiano que no calla. Unas flores para la señorita. ¿Natural o leche-leche? Almogrote, potaje de berros, gofio y party meat. Cinco Varas, Guarapo y vodka pomelo. Cucas. Muchas. Cuba Libre y zumo de papaya. Mis chicos de la tele en busca de la noticia. Reportajes, directos y fibra óptica. Pasar de 0 a 1000 metros en apenas 20 minutos. Alto de Garajonay. Aquí también hay niebla, pero con más grados. Esta isla es como una madalena. La única palmera de la playa de la cueva es mía. Un libro, el mp3 y mis pinturetas. Ya casi soy feliz. Bienvenidas y despedidas. Y el show cooking. La nieta del pintor, el silbo y Curbelinni. La Punta y la otra, la del humero y las puertas acolchadas. Esto se acaba, para todos, y empezamos a ponernos melancólicos. Pero no, esto es sólo el principio de lo que está por venir… Fue un placer, compañeros gomeros.
Un mes atrás estaba cogiendo el AVE, clase preferente. Metro directo a la T4, equipaje de mano y vueling. La guagua, el ferry… todos los medios de transporte posibles para salir de la península, directa al asadero gomero! Grata bienvenida, y más grata aún, si cabe, la estancia. Papas arrugás y mojo picón. Una Dorada, y los Salvapantallas. Borracho hasta el amanecer, cantaban, cantábamos. El bar de Manolo, nunca había visto tantas reliquias colgadas del techo. Qué decir de los jamones… El descubrimiento de la terraza de los apartamentos Quintero, con vistas al mar, y del ron JM (de jueves a martes). Muchas risas, maja gente. Me traje la lluvia de la península, pero no me importa. Vaya paliza que os di jugando a los bolos, ja! Me eslomo subiendo a La Lomada, una y otra vez. Ahora entiendo por qué las canarias tienen el culo tan preto. El chiringuito de la playa de Santiago, y el camarero italiano que no calla. Unas flores para la señorita. ¿Natural o leche-leche? Almogrote, potaje de berros, gofio y party meat. Cinco Varas, Guarapo y vodka pomelo. Cucas. Muchas. Cuba Libre y zumo de papaya. Mis chicos de la tele en busca de la noticia. Reportajes, directos y fibra óptica. Pasar de 0 a 1000 metros en apenas 20 minutos. Alto de Garajonay. Aquí también hay niebla, pero con más grados. Esta isla es como una madalena. La única palmera de la playa de la cueva es mía. Un libro, el mp3 y mis pinturetas. Ya casi soy feliz. Bienvenidas y despedidas. Y el show cooking. La nieta del pintor, el silbo y Curbelinni. La Punta y la otra, la del humero y las puertas acolchadas. Esto se acaba, para todos, y empezamos a ponernos melancólicos. Pero no, esto es sólo el principio de lo que está por venir… Fue un placer, compañeros gomeros.
4 comentarios:
Ole, ole, me alegro un millon de que hayas vuelto. Te llamo y me cuentas todo detalladamente. Besitos!!!!
Turismo no has debido de hacer mucho... pero te has puesto fina.
¡Andanda que chorrazo!
Wellcome home.
a.
Me sumo a las bienvenidas! Welcome to home!! Esperamos ansiosos tus crónicas...
besos
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