martes, 24 de junio de 2008

Tirando de archivo


Amigos, amigas, seres varios indefinidos que habitáis el cyberespacio: Me gusta la primavera. Si ya sé que con semejante afirmación de entrada no puedo ir por la vida enarbolando la bandera de la originalidad pero bueno, que se la va hacer. Lo que a muchos os puede parecer más curioso es que me gusta la primavera de los Monegros. Y es que yo creo que los Monegros son a la primavera lo que el minimalismo al arte, a simple vista parece vacío, opaco y carente de sentido, pero a poco que se sepa, además de mirar… ver; descubres la esencia, la contundencia de los pequeños detalles que hacen armoniosas composiciones de una cualidad casi inmaterial. Una primavera austera de elemento puros, el verde de las gramíneas cubriendo retazos de estas tierras descoloridas, donde las salpicaduras rojas de las amapolas comparten espacio con el blanco dudoso de las margaritas. Mientras -ya en altura- el amarillo chispea al intentar alcanzar los cumbres moradas de los cardos. Esta primavera ostenta el poder débil, demuestra la inmensidad de lo pequeño, el golpe rotundo de lo sutil. Aquí como dijo el pintor Frank Stella “lo que se ve es lo que se ve”. Pasaría horas contemplando cunetas.

2 comentarios:

ANA dijo...

Busco todos los dias vuestros comentarios para estar un poco mas con vosotros. A mi me gusta la primavera, el verano, el otoño y el invierno con la gente que quiero. Te contesto en el blog, yo si os leo y espero escribais pronto sobre la cerveza.

Anónimo dijo...

Me encanta: "el amarillo chispea al intentar alcanzar las cumbres moradas de los cardos"

GRACIAS POR EL ENTRETENIMIENTO!!!