jueves, 12 de junio de 2008

Subsanación de errores

Ojal-a se ha cargado la entrada de Cptn.
Recibo un e-mail diciendo "Socorro" y pidiendo la subsanación de errores.
No pensarías que todo iba a pasar desapercibido ¿no? ;o)


Ruzyne se pronuncia “rutsine”. Ruzyne es un aeropuerto. Está lejos de aquí, es mejor ir en avión. La primera vez que pisé Ruzyne no sabía que se pronunciaba “rutsine”, lo aprendí meses después. Esa primera vez el corazón me latía como late el corazón cuando es la primera vez que te enfrentas a algo desconocido. Primero control de pasaporte, todavía no era un país Schengen. Después, recogida de equipaje; al ver mi mochila naranja en la cinta de recogida de equipajes sentí un cierto alivio, al menos no la habían perdido, pero mi corazón seguía latiendo como una primera vez. Tras la puerta que me separaba del hall de llegadas me esperaba un año en el extranjero. Mi corazón se impacientaba cada vez más. Horas más tarde, en el apartamento de Modrany, me calmé: las primeras veces no duran para siempre, moriríamos de taquicardia. Volví varias veces a Ruzine en los siguientes meses. Siempre a recibir amigos. Siempre el mismo protocolo: un gran abrazo, una gran sonrisa, un qué tal el viaje, un qué tal por tú por aquí, un estás más delgado que cuando estabas en casa, un tú estás igual que siempre… Pero en octubre volví otra vez a Ruzyne. Llegué con mucho tiempo pese a que había estado arreglando el apartamento de Modrany. Me vestí con estudiado esmero. Me miré una y otra vez en el espejo. Me cercioré de que no tenía ningún grano. Intenté esconder mis entradas peinándome hacia delante. Esta vez el corazón no me latía como late las primeras veces. Ahora, en el hall de llegadas del aeropuerto de Ruzyne, el corazón me latía como cuando te lo has jugado todo a una carta y estás a punto de descubrirla. Quería romper el protocolo de anteriores ocasiones, esta vez sólo quería que aparecieras por la puerta de llegadas, que nos miráramos y que después de cuatro meses todavía quisieras besarme en los labios. Al verte aparecer con la mochila verde al hombro mi corazón se paró. Lo había apostado todo. Lo podía perder todo. Descubrí la carta, era la mía: Nos besamos en la boca.

2 comentarios:

Cptn. dijo...

JAJAJAJAJA os habéis cargado mi entrada... no sé como tomármelo...

Hembra Beta dijo...

¡Pues cómo te lo vas a tomar! bien, como siempre ;o)