Hice el examen. Superé mi miedo atávico a no tener nada que escribir. Al folio en blanco. Puse algunas cosas que creía importantes y a modo de rúbrica lo salpique chorradas. Leer y fin. Han terminado tres de los meses más oscuros de mi vida. Por distintas mierdas. Dejémoslo en grises. Siempre ha habido gente a mi alrededor dispuesta a iluminar el camino con su varita. ¡Lumos!.
Y puestos a iluminar, el día del examen he tenido velas en iglesias repartidas por todo el país. Espero que les hagan más caso que a mí. Que nunca se me cumple lo que pido. Hombre de poca fé. Aunque claro yo tampoco me quedé corto en el mundo de la supertición y he ido cargadico de amuletos. No pongo aquí la lista porque yo mismo me avergüenzo. Después del examen recuperé mis rituales barbastrenses y me compre unos calzoncillos. Con los nervios me equivoque y volví a los bóxer. El día era frío, el aire en la cara. A dormir al pueblo. Pero resulta que los amigos estaban de cena. Café, pacharán, Manowar, porno, Freixenet, tragabolas y mucho, mucho WhatsApp. Ready, steady go!.
1 comentario:
Yo apoyo otra celebración de fin de exámenes... brindamos ya por la notaza????
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