Lo leí en verano, deprisa y corriendo para redactar una reseña. Y no es un
texto ligero, precisamente, poque lo parece. Debajo de esa apariencia de
subrealismo Dadá y absurdo satírico hay mucho de crítica social. Por algo su autor, el vanguardista ruso Daniil Jarms (pseudónimo de Daniil Ivánovich Yuvachov) fue duramente represaliado por el régimen Stalinista y terminó muriendo en prisión.¡Ayh! mucho mejor nos hubiera ido al mundo, con unos revolucionarios que enarbolasen pepinos y no tantos trapos serigrafiados, que no nos han llevado a nada. Bueno sí a esto. Que quiero pensar que tampoco es mucho peor. Que absurdo. La verdad.
Viejas que caen
Una vieja, excesivamente curiosa, se cayó por la ventana, se estampó contra el suelo y se hizo puré.
Otra vieja se asomó a la ventana y se puso a mirar a la que se había caído pero, por culpa de su excesiva curiosidad también se cayó por la ventana y se estampó contra el suelo.
A continuación, una tercera vieja se cayó por la ventana luego una cuarta, luego una quinta.
Cuando se cayó la sexta vieja, yo me harté del espectáculo y me fui al mercado Máltsevski, donde al parecer, le habían regalado una bufanda de punto a un ciego.
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