martes, 11 de septiembre de 2012

We can be us, just for one day

La esperanza. Dices que nunca se pierde. Al menos no del todo. Solo se extravía. Hay que revelarse contra las orientaciones de mínimos. Andamos dándole vueltas al paradigma. Por momentos he tenido la sensación de volver a vivir en una burbuja. Una en la que me gusta estar. A colación de esto, la habitación resulto ser pequeña y austera. Me gusta eso de no tratar a nadie como víctima, tampoco como héroes o heroínas. Unidos por la abolición de la otredad. Se oye alguna que otra crítica a la tolerancia. Por conformista. Hay que ver la de puertas que abre el sonreír. Y ni te digo la carcajada. Siempre recordaré que un sábado entre tangos urbanos y bodas de princesas y marineritos… fui judío. Judío pérfido. Que difícil es mostrarse ponderado. Y que esquivo el acento malagueño. Tendría que haberme preparado más. Repasar más. Diseñar alguna sesión de otra manera. Pero no tenía ganas. Dicen que fue Machado quien dijo eso de Lo que sabemos entre todos, no lo sabe nadie. Y yo hoy, aun con mis trampillas, hoy sé algo más.

 

1 comentario:

Mme. Boulangère dijo...

completamente de acuerdo en el odio a la tolerancia. Si lo piensas, es asquerosa, es un "amíqueloquetúhagascontumecanismo". Y completamente de acuerdo con apostar por la sonrisa. Hay mucha gente que no para de dar coces, y no se da cuenta de que sería mucho más feliz si fuerza una sonrisa, aunque al principio no le salga, aunque no tenga motivos.

Y la esperanza está en la gente que tiene sonrisa, fuerza para luchar a pesar de todo, y con cabezas para seguir pensando que todo puede ser muy diferente