Muchos días sin escribir, entre el frío, organizar papeles, las tareas siempre pendientes y trabajar un poquico... no llego a todo. Además llevo unos días detrás de una receta para poner en el blog e inaugurar así otra nueva sección. Resulta que el otro día al volver del pueblo, entre verduras varias, magdalenas y huevos de corral, encontré una sorpresa. Mi madre había metido un bote de algo que parecían almendras garrapiñadas, pero especialmente feas. ¡Redios eran avellanas! así que la llame para ver si era cierto lo que veían mis ojos y de paso hacerme con la receta y colgarla en el blog. El resultado: empate. Estaba en lo cierto con lo de las avellanas y según ella no le habían salido muy bien porque era la primera vez que lo hacía, pero de darme la receta nada de nada. Las había hecho a ojo, así que me quedo con las ganas de poner aquí la receta. Tal vez próximamente. O tal vez no. Con las madres nunca se sabe.
3 comentarios:
Jajajajaja "con las madres nunca se sabe" Muy bueno
Mmm... Delicious!
Ya puedes ir haciéndote con esas receticas maternales para publicar, que yo lo tengo compllicado... ;)
Ajá,qué idea + buena!Y la receta no será la misma q para las almendras?Digo.Para mi qu tu madre no quiere el soltar el secreto y hace bien la mujer.
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