lunes, 15 de marzo de 2010

Más de quince días después


Era viernes, estábamos en Zaragoza y hacía frío. Hembra β, Anele, Ana y Ojal-a comieron bocatas de canguro y hablaron de rebajas, viajes, estudios y camareros. Después del café se deshizo el grupo. Hembra β y Ojal-a se fueron juntetes de rebajas y de exposición. Aunque les gusto más la exposición que no iban a ver, se imaginaron ellos viajando por todos esos países, en otros tiempos, precisamente cuando nadie viajaba. Y allí entre montones de citas escritos en las paredes, paneles mal iluminados, diplomas académicos, medallas y muchas vajillas... se congratularon con la vida. Con la absurda opción de estar vivos. Con las posibilidades que te da ser ciudadano del primer mundo. Después de las perceptivas cañas, dos besos y adiós.

6 comentarios:

special_k dijo...

Qué ordenadicos, oiga! Y a qué sabe el bocadillo de canguro? Un poco jauto, quizá?

ana dijo...

La absurda opcion de estar vivo es una opcion que habra que disfrutar queridos. Yo estoy en terapia para conseguirlo.

ana dijo...

P.d. el canguro sabe entre solomillo de cerdo y ternera, no es jauto no, a mi que la carne ni fu ni fa me parecio un poco fuerte, aunque no tanto como el botillo....

ojal-a dijo...

El canguro, el botillo... a mi todo me sabe a mar.

Vic dijo...

Que bonico!!!que bonico!!! que romántico, teniendo en cuenta que esa idea viene del romanticismo, y sí Humbolt, era mucho Humbolt. Hay que disfrutar (estar) vivo, pues sí, tan simple y tan complejo...
^V^

P.irene dijo...

....me alegro de comprobar que la distancia no es un inconveniente para mantener la amistad y disfrutar de momentos inolvidables.

Besos.