miércoles, 26 de noviembre de 2008

LIBERACIÓN CADUCA

Atrás quedan los días de hamanes y mezquitas. El torbellino oscense me atrapó antes de que me pudiera dar cuenta. Y en mi realidad cotidiana de Turquía me queda ya solo la ausencia de mi móvil.
Una estrella de las artes manuales se quedó con él, tres caramelos de regaliz y menta, mi incondicional ungüento boliviano, unos pocos euros y un bolsito de cuero sardo que un aprendiz de artesano confeccionara dos años atrás. De este magnífico hurto salí airosa e impresionada. Sin violencia y con impecable minuciosidad y discreción. El pobre artista se quedó igual de pobre y yo perdí mi virginidad en el universo de los cacos. Una vez un amigo intentaba transmitirme la sensación después de un robo. Este día la entendí perfectamente: una mezcla de desorientación, incredulidad y rabiosa admiración hacia el autor del cometido. Afortunadamente mis credenciales de viajera se quedaron conmigo tras el providencial cambio de bolso que hiciera minutos antes de subir al metro que me devolvería a la vida que tenía antes: la vida sin móvil.
Estoy experimentando. Había olvidado esta sensación. La de no estar localizable 24horas al día, la de vivir sin interrupciones, la de hacer el esfuerzo de pasar frío en una cabina por escuchar una voz, la de volver a despertar con un artefacto que hace tic tac.
Honestamente, lo echo en falta a ratos. Ahora cuando me acuerdo de alguien, esa persona no se entera y en mis tardes a partir de las 18h ya no hago incisos para charlar con nadie que no esté a mi lado.
En cualquier caso, pienso en mi móvil. Ya me gustaría ser más romántica o estar por encima, pero el número de ratos que le dedico al día me hace pensar que sufro, como quienes léeis este blog, de una extraña dependencia hacia este artilugio maquiavélicamente adictivo.
A pesar de todo, me siento liberada. Lástima que mi liberación caduca la semana que viene.
El martes vuelvo al rebaño. Connecting sheeps.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya,pensaba llamarte mañana,si eres la persona que supongo,claro

Anónimo dijo...

Yo salvo por lo de volver a pasar frio en las cabinas igual probaba... pero mejor no, que he estado muchas horas de mi vida esperando a que quedara una libre... ufff no lo quiero ni pensar!!! aun me tiemblan las orejetas al recordarlo.

Mme. Boulangère dijo...

cómo se utiliza una cabina con euros? ahora igual hasta te devuelve el cambio¡¡¡

Cómo quedas con la gente? cómo recuerdas las cosas a amigos o familiares? cómo dan contigo¡¡¡¡????

Yo tengo dos móviles y un fijo en el curro que no para de sonar. Y me gustaría sumergirlos los tres y que se pudrieran en el fondo del bósforo.

Anónimo dijo...

A mi me robaron bien mas cielo, Tantos momentos que tantos amigos me regalaron. Y eso no se puede volver a comprar con dinero... y mis momentos acabaron en la basura... materialmente hablando, afortunadamente yo guardo una copia en la memoria, esa no, no me la robaron.
Un beso solete... Fra

Hembra Beta dijo...

Pues yo soy una víctima más, de las que se conecta a todo lo que puede. Fui la primera en tener móvil de la panda ¿te acuerdas de ese motorola cptn? mi primer amor también se fraguó a base de sms. Me introduje en el ICQ antes de existir el Messenger. Creé mi primer blog hace ya unos cuantos años, nada más empezar a oír hablar de eso. Además tiendo a conectar a todos el que puedo a mi alrededor. Y es que en el fondo me parece genial el estar todos tan conectados, el TUPER se está convirtiendo en un ejemplo de esto y me gusta.
Aunque de vez en cuando liberase un poco viene bien.

Anónimo dijo...

Pues ya sabes que no hay mal que por bien no venga. Quizá algún compañero se cambie de móvil y te pase el suyo estupendo y resistente, con una batería que baste con cargarla una vez a la semana...

Anónimo dijo...
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