viernes, 22 de febrero de 2013

LOL - Los Ganglios

Si algo te hace gracia pones LOL
Si algo te estremece pones OMG
Si algo no lo lo entiendes pones WTF?
[...]
Escasez lingüistica en la red 

sábado, 16 de febrero de 2013

Lo más importante de Lorena Álvarez y su Banda Municipal, en concierto.

San Valentín, un día que de primeras ni fu ni fa, pero que con un concierto de Lorena Álvarez y su Banda Municipal programado a pocos kilómetros de casa y a pesar del resfriado... estaba marcado con rojo pasión en mi agenda. A los que os tengo cerca ya os he dado la brasa con este grupito pero para los que no, no se muy bien como presentárosla. Para muchos no es más que la última extravagancia del moderno, anteriormente conocido como gafapasta y ahora tan hipster. No seré yo quién lo niegue. Pero tampoco me quedaré sin decir que lo que está haciendo esta chica con el folk patrio, es algo que poca gente se ha atrevido a hacer y que desde luego… hacía falta. Que no es otra cosa que mirar la tradición sin complejos y meterle un poco de mano a las letras  (que estamos aún a principio de siglo y si no me crees solo tienes que cruzarte en algún zaping los domingos por la tortura de Dándolo todo jota). Y hacía falta porque nadie había hecho canciones como La boda o Sin título en las que bajo su apariencia de música popular tradicional, desgrana situaciones y dilemas contemporáneos. Ahí queda ese verso suelto “dijiste que aguantarías y te corriste”, llamado a ser icónico y dar fé de ello. Aviso para navegantes, no es Eliseo Parra.

Eres tan tonta, eres tan lista… así daba comienzo el concierto en una sala casi vacía y uno no puede evitar preguntarse donde están esos seguidores de los abanderados de la innovación en la jota aragonesa (véase Carmen Paris, Miguel Ángel Berna, Roberto Ciria…). Pero bueno, los que estábamos disfrutamos de lo lindo a pesar de que Lorena tenía la voz tomada y de que unos coros femeninos no le hubiesen hecho ningún mal. El concierto repasó su único disco Anónimo, single y maqueta precedente incluidos. Un cancionero tan alegre e irónico como desigual, que se nos ofreció salpicado de comentarios nerviosos, confesiones estemporeas (me he echado novio) e invitaciones al público para que participase: bailando cantando o tocando las pezuñas de cabra. Unos comentarios que se fueron apaciguando a base de tragos a morro de la socorrida botella de anís, que esa sirvió para todo. Casi al final de la actuación se sentaron a pies del exiguo escenario y como si de una velada (trasnochada palabra) entre amigos se tratase, sonó la delicada Mejor Acompañado. Fue en ese preciso momento, entre los sha, la, la, la, las y los silbidos cuando tuve la sensación de estar ante una gira seminal. Algunos de los festivales más avispados del momento ya lo han olido, otros ni aunque les caiga la mierda encima. Unos conciertos de los que dentro de unos años alguien hablará como el principio de algo. Ojalá quede en este país un ápice de cordura musical para que así sea. 

Tuvo la osadía de cerrar con un pasodoble de Manolo Escobar,  uno que solo se sabe a medias (en esto se parece a alguna que yo me sé). Desde luego pocos prejuicios a la hora de abordar el cancionero y desparpajo le sobra a la chavala.

lunes, 11 de febrero de 2013

Changes

Te das cuenta que los cambios en tu vida adquieren carácter de urgencia, cuando WhatsAppTwitter y TriviaDos, son tu mayor lazo de conexión con el planeta.

martes, 5 de febrero de 2013

Amanaceres I

Me he despertado cuando mi mano derecha ha tocado la pared. Algo dentro de mi cerebro ha debido hacer ¡click! al darse cuenta que no hay paredes alrededor de mi cama. Se estaban colando unos rayos de sol a través de la persiana y he notado una respiración acompasada a mi espalda. De momento no hay más pistas. Me incorporo despacio, intentando no molestar al mismo tiempo que mis pupilas se adaptan poco a poco a esta penumbra. Al salir de la cama me doy de bruces con el armario. Casi me lo como. Empiezan a enfocarse los colores que tengo delante de mi nariz, oh my god! back to the 80's!.

  Rob

viernes, 1 de febrero de 2013

Lo más importante del Amour... según Haneke

El día estaba tonto. Uno de esos en los que ahora lluevo un rato, ahora no. Elegimos* el Cine Eliseos por el horario. Pero no la podríamos haber visto en un marco mejor. Ni en una sesión más apropiada, rodeados de toda la “muchachada”. Mucho bastón, mucha laca. Iniciados en el "estilo Haneke" temíamos acabar con el estado de ánimo por los suelos y sobre todo, preveíamos el horror en las caras del público que nos rodeaba a la salida. Al fin y al cabo muchos de ellos andaban en la misma edad que la pareja protagonista: unos franceses muy finos y educados, septuagenarios que aprovechan al máximo sus días de retiro.

Y se apagaron las luces y vimos la película.

Yo nunca me he planteado el tema de la vejez. Yo tampoco demasiado. Bueno, no más allá de ver como mis padres avanzan hacía un punto lejano en el horizonte y chapotean inmersos en ella. Supongo que creo tener tantos problemas que de momento este tiene que esperar a la cola. La película no nos incomodó tanto como otras del mismo director, que aquí sigue fiel a su estilo, frío, impenetrable, descarnado, un cine de bisturí y distancia. Pero estamos ante su película más accesible, más blanca. Sin ser para todos los públicos. Según las señoras que teníamos sentadas detrás: lenta, triste y lenta. Nos sabiendo si más cerca de ser lenta y triste o triste y lenta. Y así hasta que alguien les chisto para que se callarán.

Una peli de amor. De amor a la vida. A la cotidaniedad. Al hacerse con nuevas rutinas. Un amor pausado, con algunas respuestas pero rodeado de preguntas. Dónde queda la diginidad, qué es hoy en día la soledad, cómo se aprende a gestionar el final... ronronean en nuestra cabeza. Una película de AMOR con mayúsculas en la que no recordamos haber visto ni un sólo beso. Eso, sin beso.

Yo ahora ya tengo varios miedos nuevos. Sí yo uno pequeñito a no tener un George al lado para cuando llegue el momento en el que el piano solo sirva para poner alguna planta y marcos de fotos de otras épocas. Y uno grande a dejar de ser, antes que a dejar de existir. Sabes ahora friego en la cocina con miedo (pero con el grifo cerrado), me detengo y hago oreja, y menos mal que no suena desde la habitación esa letanía... ¡duele! ¡duele! ¡duele!. ¿Tú que harías?.
*Cronica sentimental que no cinematográfica hecha a medias con @lmoncampos para Join magazine