*No dejar esta entrada sin unas líneas cogidas al vuelo en la cena del otro día en Ayerbe (un hervidero de nacionalidades). Resultó que en la pizzeria-brasería no comercializan la hawaiana. Bien hecho. “M” dice ahora que no hay que ir al mar muerto para flotar. Que Naval está más cerca. Cuando he visto el conejo en la carta, sabía que se lo iba a pedir. Nuestra anfitriona fue presidenta de las fiestas. El fotógrafo de las mairalesas de Huesca no tiene perdón. Hombre y menos en plena época digital. Me he tenido que oír que no se me luce tanto la piscina. Todos tenemos un pasado aunque algunas lo llamen recorrido. Trece años de noviazgo. Vamos que empezaron a salir cuando se llevaban las cintetas en la frente con lentejuela. ¿Queréis algún licor para terminar? Gin tonic y Ricard, que mañana tenemos que trabajar.
domingo, 7 de agosto de 2011
#airesdelpueblo
El cielo se ha quedado de un azul insultante. En la mañana ha estado plomizo, con pocas ganas. Setos a ambos lados de la carretera. Geranios en las ventanas. En casa de Marilú un vergel en la fachada. Viejas latas pintadas de azul. Voy en bici. En casa de la abuela Vito redescubro el suelo hidráulico del comedor. Baldosas verdes y blancas de mi infancia. Circuitos para los coches. Laberintos de canicas. Ayer me empache de películas on line y pipas en la terraza. Intento dibujar, pero no corre el lápiz. De tres bicicletas, dos pinchadas. Dicen que esta noche cenaremos pizzas en “las barbis”. Por si acaso yo ya me he comido una copa brasil después del café. Corto, espeso, media taza. Paso por casa de la pequeña Sue y veo sus progresos con la escultura. Que ganas de agarrar el cincel y ponerse a dar martillazos por la calle. Ha vuelto a hacer oídos sordos al encargo de mi lápida. Me anuncia un embarazo, una boda y una separación. Un completo. Le devuelvo el mechero, me presta LA CAMISETA. Marta dice que me va a hacer unas gestiones para “fuliminar” una verruga. Aventuras y desventuras de un concierto de Rosendo en torno a una cerveza. Esto se esta saliendo de madre. Chapuzón en la piscina hinchable. Cachorro de setter incluido. Y a pintar unas grietas en el techo. En verano siempre hay algo que pintar.
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1 comentario:
¿Y la crónica de la cena en las Barbies?
Un beso churrifloski!
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