martes, 23 de febrero de 2010

Los más importante de Pedro Páramo

Que voy a decir yo de esta novela que no se haya dicho. Pues entonces mejor me callo. Solo que hay que leerla, sobre todo si tu vida pasa por una etapa mejicana, como parece que lo hace últimamente la mía. A alguno de vosotros tal vez no os guste, me consta que mucha gente odia este texto porque le recuerda a sus tiempos de lecturas obligatorias en el instituto, pero como a mi no me obligaron a leer nada… pues no lo he aborrecido. Si tienes edición comentada, deja las explicaciones para luego, para la segunda lectura. Por cierto, un último consejo si tienes el equipo de sonido cerca, dale al play y sube “la voz” a esas rancheras.

”Faltaba mucho para el amanecer. El cielo estaba llleno de estrellas, gordas, hinchadas de tanta noche. La luna había salido un rato y luego se había ido. Era una de esas lunas tristes que nadie mira, a las que nadie hace caso. Estuvo un rato allí desfigurada, sin dar ninguna luz, y después fue a esconderse detrás de los cerros."

4 comentarios:

ana dijo...

Etapa mejicana, que suerte. Habra que leerla, a ver si se pega algo.

Mme. Boulangère dijo...

Me hablaron tanto de Pedro Páramo en Méjico que me entraron ganas de leerlo. Finalmente no lo hice hasta casi ocho años después. El primer intento pinchó en hueso: no había manera. El segundo, al menos, logré terminarlo.

Hay imágenes muy chulas, trocitos llenos de magia, olor, calor y pastosidad. Pero me he propuesto que no vuelvo a leerlo hasta que no vaya a Méjico otra vez. Y entonces lo leeré allí. Creo que cobrará sentido y perderá el rollo tontuno que en estos momentos todavía me parece.

special_k dijo...

No tenía ni idea de la existencia de este señor. Será que ni he estado en Méjico (ya me gustaría...) ni me lo mandaron leer en el insti (será que soy de ciencias..).

Así que me la pido, después de Ana, of course! Sirven las rancheras de Rocío Durcal?

eleni dijo...

Ya sé que no es importante...pero una de las cosas por la que ha merecido estudiar estos 5 años es el haber tenido que leerla, todavía me deja boquiabierta...