jueves, 11 de febrero de 2010

El Vokswagen Golf rojo de Mamen

Hoy hemos ido al desguace para achatarrar el Volswagen Golf rojo de de Mamen, nos han dado un certificado que hemos utilizado para comprar mi nuevo coche. Ha sido una pequeña odisea este último trayecto, nieve, ventisca, dos ruedas lisas, temperaturas bajo cero... pero ha cumplido como un campeón. A Mamen le ha costado alguna lagrimilla. Mamen es maravillosa. El mundo sería mejor si todos fuéramos un poco Mamen. Y más divertido también.

Y como pequeño homenaje, recupero las palabras que a este mismo coche le dedicábamos (Anele y un servidor) en el nuestro pequeño poemario "Poesía de andar por casa", librito descatalogado (porque nunca se llego a catalogar) y de edición colecionista imposible de encontrar. Veinte años en la carretera han tocado a su fin. Suponemos que ya estará en el cielo de los coches, que digo cielo, en el infierno del motor. Esté donde esté... solo podemos decirle ¡gracias!.


TODOS LOS VOLSWAGEN GOLF ROJOS ME RECUERDAN A MAMEN
En la esquina de la Librería Anónima siempre hay un viejo Volswagen Golf rojo aparcado.
Y se me alegra la tarde cuando paso
y sonrío
y no sé si se nubla o sale el sol, porque no me fijo
y es que todos los Volswagen Golf rojos me recuerdan a Mamen
porque
todos los Renault 6 azules me recuerdan a mi padre
porque
todos los Saab oscuros con su morro feo me recuerdan a Pepo
porque
todos los coches de marca rara con forma de huevo me recuerdan a Fernandito
porque
todos los Citroen ZX llenos de bollos me recuerdan a Mamen, pero esta Mamen es otra y eso, claro, ya sería otro poema.

6 comentarios:

mamen dijo...

Muchas gracias por este bonito homenaje al generoso golf y a mí... Me has vuelto a hacer llorar. Según iba al desguace, se me saltaban las lágrimas y pensaba: "¿pero porqué estoy llorando por una máquina?". Al llegar se lo he comentado a José y me ha dicho que las máquinas también tienen corazón, y que ellas se sienten según las tratamos nosotros. Creo que mi coche se ha sentido muy bien durante estos últimos 12 años y por eso he vivido junto a él un montón de bonitas aventuras. Y por eso, me permito seguir llorando un ratito más, aunque sea por una máquina..

Flores dijo...

Te comprendo Mamen, me sentí incomprendido cuando se me escapaba una lagrimilla cuando acompañé a mi Clio a su matadero.
Ese último viaje de Canfranc a Pamplona parecía tratar de quedar en paz con aquella máquina. Sin poner música ni radio, tan sólo escuchando el sonido de aquel motor, e intentando recordar cada cosa importante sucedida allí dentro. Lugares, gentes, rolletes...
¡Va por vosotros, pequeños habitáculos llenos de personalidad!

Pepone dijo...

Yo tambien tuve la suerte de conducir ese pequeño coche con ese gran motor.... No llores Mamen, que ahora estara con mi 127 naranjito y otros, echandose unos litros (de aceite) y contando las veces que nos han visto con los pantalones por las rodillas intentando buscar la postura buena dentro de ellos....
Un beso.

Hembra Beta dijo...

¡ay si los coches hablaran!
mejor no, deja, deja.
Ese renault 5 blanco con el cristal congelado (por dentro) parándose a las 7 de la mañana en el tunel de somport....
Los coches nuevos no tienen eso, tienen muchas cosas mejores pero no se quedan en la memoria.


PD: (sic) Mamen es maravillosa, el mundo sería mejor si todos fuéramos un poco Mamen.

ana dijo...

Un coche que inspira un poema no es solo un coche. Un besito Mamen.

special_k dijo...

Yo también tendría alguna otra historia que contar de mi AX blanco. Fue mi primer coche, el que me acompañó en mi rodaje automovilístico por tierras montañesas. Y en las carreteras montañesas hay una cierta tendencia a que te pasen muuuchas cosas. Pero, efectivamente, son las personas que van dentro las que hacen especiales a las máquinas. Y a todo lo que les rodea.

Mamen you are the best, you know...

Tres hurras por Mamen... Hip hip hurraaaaa!!!

Love