lunes, 4 de mayo de 2009

Huerto. Casa. Ciego.


P, J y P convierten un trozo de tierra en un huerto. Mientras yo cuido al niño. La niña ya estaba por ahí con sus amigos. Proto pandillera. El niño mira el motocultor embobado, supongo que por el ruido. Pero no lo sé. El caso es que así es muy fácil cuidarle. Es un niño encantador. Con genio. Le gusta estar en brazos. A los que no tenemos niños nos encanta tenerlos encima. Así que todos contentos. El huerto hace unos momentos era un solar con cuatro hierbas. Se va transformando a base de pases con el motocultor. Algunos sacos de fiemo. Y de ir quitándole las piedras. El paisaje que enmarca la escena es irreal. Entraría en la categoría de bucólico pastoril, me enveneno en amplia gama de verdes. Y yo, claro, me evado. Pienso en el niño, en como decodificara la información que capta con su mirada. Pienso en las piedras, en la vida, en los muros de las casas, en la importancia de sentirse piedra de algún muro. Y ya soy incapaz de parar. Me interrogo acerca de si yo sabría crear tantos rincones en una casa, una casa que es un laberinto, un corral, otro, una higuera, un avellano, un níspero, una barbacoa. Una casa con muchas aristas. Una casa con muchas puertas. Puertas que guardan cosas. Puertas que abren nuevas estancias. Una puerta no tiene porque ser una salida. El niño me tira de la manga y vuelvo al área terrenal. Atiendo su petición. A lo que me doy cuenta estoy pensando que mientras yo pierdo el tiempo en pensar, los chinos juegan a las tragaperras, los de mi pueblo ya utilizan Internet para follar y la gente prepara la tierra para en un tiempo no muy lejano, recoger la cosecha. Yo mientras conjunto vacío. Una "u" con diéresis en la palabra ceguera. Baldío. Nada

7 comentarios:

P.irene dijo...

El campo está precioso estos días con tantos contrastes de colores: diferentes verdes, amarillos, rojos,violetas. Es nomal evadirse ante semejante belleza. Pero eso no es que esté vacío, es que eres sensible y tienes imaginación y eso es estar lleno.

ana dijo...

Hacia dias que no escribias cosas asi, que chulo. De baldío nada de nada, pero la primavera, la alergia y el fin de semana te habran embotado la cabeza.

Hembra Beta dijo...

A mi también me gustaba mirar a mi padre trabajando en el huerto, aunque al motocultor yo lo llamaba mula. Los veranos le dedicaba más tiempo y se sentía más orgulloso de su huerto que de sus propias hijas.
No me importaría volver a vivir esos días largos de verano, el olor a tierra mojada al atardecer cuando se regaba y terminar el día con una sensación de cansancio tan sano.

Hablas también de puertas y de casas, de esas que ya van quedando menos y que para los que no hemos nacido en "pueblo" son tan atractivas. Criarse en un piso no tiene nada que ver. Pero todos alguna vez hemos adoptado algún pueblo o alguna casa como un acto de supervivencia para no caer en la vorágine del asfalto.

Yo también prefiero perder el tiempo follando chinos y perreando en Internet ¿o era al revés?... never mind!


P.D: La foto la has arreglau mu bien pero los párrafos se te resisten...¿eh?

special_k dijo...

Tan sólo tres palabras. Tres palabras que tanto me dicen y a tanto me recuerdan.
No jomio, tú no estas ciego, tienes, tenemos los ojos demasiado abiertos. Será que los del llano estamos acostumbrados al cielo abierto y poder divisar más allá de lo que nuestra vista desea alcanzar. Deseosos siempre de empaparnos de todo.
Casa. Tu casa es mi casa. Y su casa también es tu, mi casa. Un mundo lleno de puertas abiertas.
Huerto. Y campos de almendros. Y de olivas en invierno. Con piedras y zaborros.
Y por favor, me va pasando la web esa, que lo de las notas no me funciona.

Vic dijo...

Que fort!!!me habéis dejado impresionada.No tengo palabras.
Tengo que leer todo esto con tranquilidad, como la de ver pasar el tiempo en el pueblo.
Bso.

Pilara dijo...

Ole, ole y ole!
Just a word to say... I love you.. na nana naa....
"Marvelous" jomio, me dejaste con la boquita abierta.. precioso!ç

de paso, aprovecho como en la TV y saludo al resto de los televidentes.. hacia mucho q no me conectaba al blog. Besototes!

Eneko dijo...

A esta hora incierta en la que todos se afanan en hacer ruidos adormecedores con cacharros incomprensibles, él me sujeta con firmeza sobre un muro. Sus brazos plateados y suaves son un mullido balcón en mi cintura desde el que se ve el mundo. Mira el paisaje como una princesa cautiva, como en un desyuno sin prisa. Le tiro de la manga y me sonrie misterioso y tierno... Hasta que llega ese momento la vida es como un fruto pequeño con mucho sabor, como una macedonia de movimientos... un ramillete de sonrisa feliz.