La partida...

Ha pegado un brinco y se ha subido al coche tan contenta. Va con su correa y su collar nuevo, su colchoneta de todos los días y la de reserva. La manta peluda de la abuela. Su caja de utensilios varios, cepillos, correas, cartilla, y dos sacos de pienso.
Hace tan sólo unas horas que se ha ido y todo ha dado un giro enorme.
Ahora si, ahora parece ya que si. La habitación de repente empieza a temblar. Las paredes descarnadas. Los huecos vacíos. Tan sólo los últimos bártulos esperando a organizarse para el último viaje que se hará en unos días. Quizá no lo he querido ver hasta ahora pero ya es real.
Todo se ha ido encajando. Las piezas de este puzle, una tras otra se van uniendo y algo de forma se vislumbra. No voy a ponerme melancólica ni sensiblona ni nada por el estilo. Tampoco os voy a contar mi vida porque siempre peco de personalizar mucho este blog. Todos los que sois, estáis y aún tenemos tiempo para pseudo-despedidas, risas y demás.
Han sido casi diez años, de los cuales Suka ha compartido conmigo cinco. Para llegar a la siguiente casilla el juego exige separarnos unos meses y yo he decidido seguir jugando. Continúa la partida.